La palabra mágica, en cuestión de fortaleza de las mandíbulas es: calcio. La osteoporosis es una consecuencia de la merma de calcio en los huesos.
- Busca en la farmacia algún preparado vitamínico que contenga estos cuatro antioxidantes: las vitaminas A, C y E más el selenio. Con esto fortaleceremos todas las células de las encías y de los maxilares frente a la acción de los microbios patógenos y los radicales libres.
- Debes comer además mucha fruta, sobre todo cítricos, consumiendo toda la pulpa. La vitamina C que contienen se necesita para que sea posible la asimilación del calcio y su incorporación a la masa ósea y dental; además frenará la degradación celular de la pulpa dental, protegiendo los dientes «por dentro».
- La regeneración de los tejidos del periodoncio necesitará buena cantidad de ácidos nucleicos y aminoácidos; lo cual impone el consumo de alimentos como los frutos secos, las semillas, el germen, los brotes, los cereales integrales, las hortalizas frescas y las ensaladas.
- Una vez al día tomarás muesli. De esta manera conseguirás buenas dosis de cinc, necesario para la formación de enzimas que regeneran la sustancia de los dientes y los huesos, así como de selenio, mineral base importante de un enzima del sistema inmunológico.
- Come el pan de un día para otro, de manera que te obligue a masticar con energía; también el chicle, con tal de que sea sin azúcar, fortalece la regeneración de los alvéolos.
- En las ensaladas mixtas, sustituye los embutidos por una variedad de quesos, a ser posible 200 gramos como mínimo todos los días. Te servirá para cubrir tus necesidades de calcio, que habrán aumentado a consecuencia de las disposiciones dietéticas anteriores.
- Expónte todos los días al sol, o a la claridad del mediodía, durante 20 minutos como mínimo, a fin de excitar la síntesis de la vitamina D, que estimula el metabolismo del calcio en los maxilares.
- Suprime radicalmente el azúcar, los dulces, las bebidas edulcoradas, las harinas refinadas y sus elaborados.
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